¿El universo da indicios de haber sido creado con una intencionalidad o es fruto del azar? En caso afirmativo, la potencia que lo creó es una fuerza per¬sonal, porque sólo las personas tienen intenciones.
Puede ser conveniente hacernos una idea del tamaño del universo. Se estima en 100.000 millones el número de galaxias. Y cada una de ellas contiene unos 200.000 millones de estrellas. El universo observable mide, de un extremo a otro, 15.000 millones de años luz.
Se sabe que el universo se rige por unas leyes constantes, como la gravitatoria, la electrostática, la carga del electrón, la velocidad de la luz, etc. Todas ellas se han podido medir con gran precisión. Pues bien, la más mínima variación en el equilibrio entre ellas habría llevado a un universo inviable, que habría durado millonésimas de segundo hasta quedar convertido en un agujero negro o que nunca hubiese pasado de ser una «sopa» de hidrógeno.
Roger Penrose, profesor de Matemáticas de Oxford, ha calculado la probabilidad de que ese equilibrio se haya dado por casualidad. Solo un universo de cada 10(10)^128, salidos por azar, sería viable. Esto sólo admite una lectura sensata: vivimos en un uni¬verso diseñado. Alguien –el Diseñador, y no “algo”- lo ha diseñado para que «funcione», para que sirva para algo.
Pero otros sostienen que es fruto del azar. Ima¬ginemos una casa en mitad de una llanura. Pregun¬tamos quién la ha hecho y nos cuentan: «Un avión que lle¬vaba en su bodega todo el material necesario para la construcción de una casa, pasó volando. Abrió las compuertas y los materiales fueron a caer de forma tal que se formó la casa». Es como si un avión lanzase al aire todas las letras que componen El Quijote, y al caer, por azar, quedase redactada la novela.
Nadie en su sano juicio creería tan peregrina historia. «Es cierto -nos dicen-, si sólo hubiese pasado un avión, pero puede que hayan pasado muchos millones, haciendo cada uno de ellos lo mismo. En todas las ocasiones, el resul¬tado ha sido un montón de escombros. Menos en una en la que ha aparecido una casa». Si el número de aviones que han pasado es del mismo orden de magnitud que la probabilidad de que la casa apa¬rezca, la cosa puede ocurrir.
Pero, ¿en qué planteamiento hay más economía de hipótesis, o qué requiere más “fe”? ¿En un único universo creado por un Diseñador o en 10(10)^128 menos un universos inútiles, salidos no se sabe de dónde, simple¬mente para ser una pulga entre la nada y la nada en el que aparezcan unos pobres hombres capa¬ces de preguntarse por su sentido, pero irremisi¬blemente desorientados y sin la más mínima posi¬bilidad de encontrar nunca su inexistente destino?
Otra objeción:
¿No pudiera ser que todas las bolas del bombo llevasen el mismo número? Es decir, que las leyes de la física exigiesen la creación antes o después. Si así fuese, las leyes de la física tendrían que ser las que son en cualquier uni¬verso y todos ellos serían viables.
Pero, ¿en virtud de qué leyes superiores deben las leyes físicas originar necesariamente un universo viable?
Si todo fuese fruto del azar, las masas podrían atraerse unas veces con una fuerza y otras, con otra, lo que haría a la naturaleza ilógica e impo¬sible de comprender ¿De dónde puede venir ese or¬den? ¿Podría haber alguna ley constante salida del azar?
No hay comentarios:
Publicar un comentario