lunes, 28 de octubre de 2013

¿Porqué hay que ir a Misa los domingos?

Es verdad que es una obligación que nos ata, pero nos ata al bien.

La esencia de la Misa es la obediencia del Hijo que se ofrece al Padre, en un acto de obediencia, de identificación con su voluntad, a pesar del sacrificio que conlleva.
Nosotros ¿no vamos a vencer el esfuerzo de asistir, no vamos a ser obedientes también?

El ser humano:
-    es corporal, material y sensible, por lo que necesita gestos y signos sensibles, no sólo puramente espirituales;
-    es temporal, histórico, y necesita que las cosas se repitan en el tiempo, no sólo una vez; “El tiempo no es el féretro de nuestras ilusiones; es la oportunidad para transformar los momentos fugaces de esta vida en semillas de eternidad” (Juan Pablo II);
-    es social, y necesita celebrar en comunidad, con los demás.

1. Dios-creador estableció un día para descansar y bendecir a Dios

“en seis días hizo Yahveh el cielo y la tierra, el mar y todo cuanto contienen, y el séptimo descansó; por eso bendijo Yahveh el día del sábado y lo hizo sagrado” (Ex 20,11)

2. Luego, Jesucristo resucitó en domingo, y el Espíritu Santo descendió en domingo

Los 4 evangelios cuentan que Jesucristo resucitó “al amanecer del primer día de la semana, y se apareció en primer lugar a María Magdalena” (Marcos)

Por la tarde, se aparece a sus discípulos. “Al atardecer de aquel día, el siguiente al sábado, con las puertas del lugar donde se habían reunido los discípulos cerradas por miedo a los judíos, vino Jesús, se presentó en medio de ellos” (Jn 20,19).
Y como Tomás no estaba presente, Jesús volvió “pasados ocho días”, el mismo día de la semana. Parece que quiere insistir y reforzar la idea del domingo.

¿Cómo es tu domingo? ¿Es descanso en el Señor, en la familia, en la Iglesia?
¿Cómo vives el tercer mandamiento –santificarás las fiestas-, y el cuarto mandamiento –honrarás a tu padre y a tu madre-, los fines de semana?

El domingo es
-    descanso de la creación, y dies Domini (día del Señor)
-    día de la resurrección y dies Christi (día de Cristo)
-    día de la Pentecostés del Espíritu Santo, y dies ecclesiae (día de la institución de la iglesia, con sentido comunitario)

Al principio, era el dies solis, día del sol (aún se dice sunday en inglés, sontag en alemán)

Los nombres de la semana proceden de los astros, según la distancia a la tierra, aunque se equivocaban en alguno: luna, Marte, Mercurio, Júpiter, Venus, Saturno, Sol. La semana de siete días no es sólo un invento cristiano: procede de la subdivisión natural del mes lunar de 28 días, el tiempo que la luna emplea en girar alrededor de nuestro planeta.

3. Dies ecclesiae

Día comunitario, eclesial.
A veces, los esposos tienen pocas ocasiones de hablar, o los padres con los hijos. Me refiero a hablar de verdad, no con monosílabos o evasivas.

La forma de la Misa se ha ido elaborando durante siglos. No se despacha en diez minutos; la finalidad no es sólo la consagración y comulgar, al igual que un banquete de bodas dura 3-4 horas, y la finalidad no es alimentarse, sino celebrar.

Es un día para ayudar a los demás, para la solidaridad, etc. Que el fin de semana no sea sólo para mi diversión, mi descanso, mi estudio.

4. Reunión dominical

Es bueno ir a misa siempre acompañado por amigos o familiares. Así ambos acuden más fácilmente.
En España, para una persona sana, no ir a misa un domingo es pecado grave, pues hay muchas misas y no están demasiado lejos.

Conviene utilizar una vestimenta adecuada, no muy deportiva o playera. Preparar el alma para recibir a Jesucristo.

Hay modos muy diversos de celebrar la misa. Si los cantos te parecen malos, o la homilía aburrida, busca un lugar donde se celebre como a ti te guste.


Motivos comúnmente aducidos para no ir a Misa


1. No siento nada.
Lo principal no es sentir, sino alabar a Dios, darle gracias, pedirle virtudes y favores, pedirle perdón por las ofensas. Vamos para honrar a Dios, no a mi gusto. El protagonista es Dios, no mi gusto.
Además, si pones de tu parte y “metes la cabeza” en lo que se dice, pronto también tú sentirás, aunque eso no es lo importante.

2. Me aburro.
A Misa no vamos a divertirnos. El verdadero problema tal vez sea que no sientes la necesidad de pedir nada. Y sin embargo, necesitas virtudes: generosidad, alegría, fortaleza, sobriedad, etc.

3. Es siempre lo mismo.
La misa se repite –con algunas variaciones- porque no es una obra de teatro o una película, cuyo final aún no conoces. Es la actualización de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, que sucedió en un momento histórico; en la misa Jesucristo vuelve a hacer presente y actual el ofrecimiento de su vida.

Si lo piensas, hay muchas cosas en nuestra vida –con los familiares, con los amigos- que son siempre iguales, y sin embargo nos gusta volver a revivirlas, una vez y otra.

4. No tengo tiempo.
Más bien sucede al revés: lo único que tenemos es tiempo. La persona es un tiempo, unos años de vida, y unos talentos. Cada uno se dedica a lo que quiere. Con nuestras pequeñas decisiones, vamos dando prioridad a unas cosas u otras.

5. Tengo otros planes mejores: excursiones, deporte, etc.
No hay que plantear las cosas como una dicotomía (o hago esto o voy a Misa), sino insertar a Dios y la Misa en mis planes.

6. Tengo dudas de fe.
La fe es un regalo de Dios, y hay que pedirla. Alejarse de Dios dejando de ir a Misa, no parece el mejor método para resolver las dudas de fe e incrementarla… La frecuencia de sacramentos -confesión y comunión- es la más efectiva manera de aumentar la fe.

7. Estoy peleado con Dios.
"Hubo algo que pasó en mi vida (la muerte de un ser muy querido, un fracaso muy doloroso, una enfermedad… o cualquier otra tragedia) que me hizo enfadarme con Dios: Si Él me hace esto… ¿por qué voy a ir a Misa?”
Dios nos quiere más que nosotros mismos, y sabe más del futuro que nosotros. Todo lo que dispone es para nuestro bien. Si no hubiese sucedido aquello, podrían haber pasado otros males.

8. Hay gente que va y después se porta mal.
Es verdad; ir a Misa sólo no basta. En aquellos que van y después no son honrados, lo malo es que son deshonestos… no que vayan a Misa… que sigue siendo algo bueno aunque ellos después se porten mal. La causa de su deshonestidad no es el ir a Misa.
Además, cada uno debe procurar hacer el bien, con independencia de lo que hagan los demás. Dejar la Misa no mejora a nadie… en todo caso lo empeora.


¿Cómo conseguir conectar más con la Misa?

          1. Tratar de vivir la Misa, es decir, rezar en voz alta, responder, cantar, etc.
          2. Leer algo sobre la Misa para entenderla mejor.
          3. Leer y meditar los textos de la Liturgia, que contienen una gran sabiduría.
          4. Prepararse con oraciones.