lunes, 2 de septiembre de 2013

Razones para esperar al matrimonio para mantener relaciones sexuales



Razones para esperar al matrimonio para mantener relaciones sexuales



Índice:

  1. Primera: porque el sexo no es un juego intrascendente, sino que deja huella; y no sabes si el noviazgo durará
  2. Segunda: porque si hay sexo, la relación se focaliza en eso, y el amor madura deficientemente
  3. Tercera: porque la espera ayuda a que el amor madure
  4. Cuarta: porque la espera educa para la fidelidad del mañana
  5. Quinta: porque suele haber otras motivaciones menos nobles mezcladas con el amor
  6. Tampoco hay que esperar demasiado. No hay que tener miedo al matrimonio


Primera: porque el sexo no es un juego intrascendente, sino que deja huella; y no sabes si el noviazgo durará

1.                 Los gestos del cuerpo (la sonrisa, las lágrimas, un apretón de manos, un abrazo, un beso, las caricias) expresan la interioridad de la persona; no son un juego indiferente.
2.                 Tener relaciones sexuales deja huella en la afectividad. Si el actual noviazgo se rompiese,  ¿te sentirías bien por haber tenido relaciones sexuales? ¿Crees que te plantearías el siguiente noviazgo igual?
3.                 El sexo no es un juego; modifica a la persona por dentro. No es algo externo. Por ejemplo, quien roba, roba un objeto, y a la vez se convierte en ladrón. Quien miente, engaña a otro y se convierte a sí mismo en mentiroso. Quien no estudia, se convierte en vago. Y quien se deja llevar en el sexo se hace más egoísta. Por ejemplo, el consumo de pornografía –aunque sea privado- no es indiferente: el chico(a) adicto a la pornografía querrá que su novia sea y se comporte como las modelos, y eso no es posible porque las modelos son irreales.
4.                 Así como comer es bueno, pero si no se lleva bien provoca descontrol (anorexia, obesidad, etc.), del mismo modo, el sexo es bueno, pero si no se dirige y controla, puede derivar en egoísmo.


Segunda: porque si hay sexo, la relación se focaliza en lo placentero, y el amor madura deficientemente

5.                 Al principio, el noviazgo es fogoso, se basa en la atracción; es el enamoramiento, una fase muy inicial del amor, en la que no es fácil ser objetivo sobre la otra persona. Si el noviazgo se focaliza en el sexo, no se percibe con claridad cómo marcha.
6.                 El sexo tiene gran peso en la persona. Precisamente por eso hay que educarlo, tiene que madurar. Si uno no sabe esperar, nunca aprenderá que en el sexo, además de placer, hay donación; siempre será una sexualidad por placer, inmadura. Lo mismo pasa en la lucha contra el mal carácter, o en la aceptación del otro como es; o uno aprende a madurar y luchar contra sí mismo, y a darse, o siempre pensará que mi novia o mi mujer tiene que aguantarme como soy; esto se aprende en el noviazgo. Si no hay espera, no hay maduración; la relación se focaliza sólo en lo placentero.
7.                 El ejercicio de la sexualidad conlleva alegrías (el placer del sexo, y el gusto de estar juntos, etc.), pero también conlleva compromiso y sacrificios (engendrar hijos, y el sacrificio de educarlos). Si sólo se acepta un aspecto, no es verdad que haya entrega plena.
8.                 Durante el noviazgo, si se tiene sexo se entrega el cuerpo. Pero en el matrimonio, además del sexo, hay que entregar el tiempo, las posibilidades del futuro, el dinero, la comodidad de hacer mis planes, la ciudad donde vivir, los padres a los que hay que visitar, la manera de descansar, etc. Entre el noviazgo y el matrimonio hay un salto muy grande en la entrega.


Tercera: porque la espera ayuda a que el amor madure

9.                 Si se piensa –demasiado rápidamente- que la otra persona ya es la definitiva, y luego la relación se rompe, y después se comienza otra relación también con sexo, se van creando más y más lazos; y cuantos más lazos se vayan creando, más superficiales se vuelven todos.
10.             Los novios no se quieren más por tener sexo; al revés, se quieren más cuando son más generosos y menos egoístas. Observa a tu alrededor. ¿Crees que las parejas que tienen relaciones sexuales se quieren más y duran más en el tiempo?
11.             La espera hace que la relación no se centre en el placer, sino en lo que importa a largo plazo, en ayudarse.
12.             Se aprende a querer y a mostrar el afecto de muchos modos, quizá con detalles más difíciles (ingenio e inventiva, regalos, recuerdos, llamadas perdidas). Hay muchos modos de manifestar un “te quiero” (tener un detalle, una flor, un beso, preguntar por sus temas, etc.). Una vez casados, el acto conyugal es una manera más de decir “te quiero”. Es la manera más expresiva y comprometedora, pero no es la única; de hecho, cuando los esposos se hacen mayores, y dejan de unirse sexualmente, deben saber seguir amándose de otros modos.


Cuarta: porque la espera educa para la fidelidad del mañana

13.             En el noviazgo, el sacrificio consiste en postergar el sexo hasta la boda, mientras que en el matrimonio, a menudo el sacrificio consiste en ofrecer de nuevo el sexo, abiertos a la vida. Si en el noviazgo se es capaz de sacrificarse, también lo será en el matrimonio, y viceversa. En cambio, si hoy un novio no se sacrifica, ¿porqué sabrá sacrificarse cuando tenga 45 años, y no ir con una jovencita?
14.             Cualquiera sabe dar sexo, pero sólo algunos saben dar amor y sacrificio en el noviazgo. Si en el noviazgo hay relaciones sexuales completas, ¿qué ha hecho el novio para demostrar que está dispuesto a sobrellevar las dificultades que se presenten en el futuro en el matrimonio? Si sabe esperar hasta la boda para tener sexo, eso es un aval para el futuro, porque en el futuro habrá que sobrellevar los defectos del otro (mientras se es joven, los defectos son menos pesados) y su progresivo envejecimiento corporal.
15.             Un deseo no satisfecho inmediatamente por razones más altruistas y elevadas, se convierte en un deseo moderado, educado, madurado, más profundo. El chico que sabe esperar cuando es novio, sabrá ser fiel cuando tú envejezcas o cuando estés enferma o embarazada y no pueda haber sexo.


Quinta: porque suele haber otras motivaciones menos nobles mezcladas con el amor

16.             Los motivos más frecuentes que los jóvenes suelen aducir para llegar al sexo, además del amor, son: para probar o probarse a uno mismo, por placer, por miedo a perderle, etc.
17.             Si tienes relaciones por placer, el chico te importa poco; es un colaborador agradable, pero no el destinatario de tu donación.
18.             Si tienes relaciones para probar o probarte a ti misma, estás comprobando tu confianza en el ámbito del sexo, te estás buscando a ti misma. Tampoco en ese caso el chico es el destinatario de tu donación, o mejor, no hay verdadera donación.
19.             Si tienes relaciones por miedo a perderle, eres víctima del miedo a quedarte sin novio, no quieres verte sola, eres dependiente emocionalmente.
20.             ¿Eres libre para decir que sí o que no a tener relaciones sexuales? ¿Podrías decir que no? En el matrimonio habrá que saber decir que no en otros temas, tendrás que poder expresar tus puntos de vista y sentimientos, sin miedo al rechazo; esa seguridad y confianza, hay que conquistarla en el noviazgo.
21.             Piensa cómo sería tu noviazgo sin sexo y mira si se sostiene, o se viene abajo. Si no se sostiene, te está utilizando.
22.             El resultado natural y previsible del sexo es un embarazo, antes o después. Si eso sucediese, aunque os regalasen una vivienda y un puesto de trabajo a tu novio y a ti, ¿estarías psicológica, académica, y familiarmente, etc. preparada para tener un hijo ahora? ¿Las razones para no querer un embarazo son sólo de tipo económico?
23.             ¿Estás segura de que ese chico permanecería contigo y te apoyaría incondicionalmente si te quedases embarazada?


Tampoco hay que esperar demasiado. No hay que tener miedo al matrimonio

24.             El noviazgo no debe durar mucho; no es necesario esperar a tener todo resuelto e instalado (puesto de trabajo, piso amueblado, etc.) para casarse.
25.             Los hijos merecen un marco familiar estable, de afecto y jurídico y económico (aunque basta poco dinero): cariño, comida, protección, educación. Ese marco es el matrimonio. No basta convivir mientras las cosas vayan bien.
26.             Quien se pone a convivir con su novio, tiene una actitud frágil ante los defectos del otro y los problemas de convivencia. El que se compromete para siempre, acomete los problemas con una actitud de “este conflicto tenemos que resolverlo entre los dos”, mientras que el que cohabita tiene otra actitud de “si el problema no se soluciona solo, o el otro no se adapta a mí, nos separamos”. Esta diferencia de actitud es determinante. Y no hay que olvidar que las separaciones son dolorosas.
27.             La cohabitación, o el matrimonio con posibilidad de divorcio es como echarse a navegar en un barco cuyo casco tiene una compuerta abierta, bajo el nivel del agua; o como intentar mantener caliente una casa en invierno, sin cerrar una de las ventanas.
28.             Si unos novios se quieren de verdad, y quieren tener sexo, que se casen, para dar un marco estable a los hijos que pueden venir; no hace falta tener una situación económica desahogada para tener hijos. Si quieren tener sexo pero no tener hijos, no se quieren bien; más bien desean la satisfacción de formar una familia en el futuro sin problemas económicos; no están dispuestos a sufrir agobios económicos; quieren un status que satisfaga su estilo de vida, y poder mostrarlo a los amigos, más que a su cónyuge e hijo. Quieren de una manera egoísta.
29.             El matrimonio es para siempre porque así nos defiende de nuestros propios caprichos (enamoramientos) y de nuestra debilidad progresiva (depresiones, etc.). Si aceptamos eso, la entrega es incondicionada.
30.             No hay que tener miedo al matrimonio, ni a los hijos. Uno se puede preguntar si será capaz de ser fiel, a la vista de tantas rupturas sentimentales en los medios de comunicación (cine, tv, revistas, internet); pero también hay muchos que perseveran.
31.             No hay que dejarse llevar por el mal ejemplo de otros. También algunos roban o defraudan en los negocios, y no por eso está bien.
32.             Además, no voy a dejar de conducir porque haya accidentes, ni voy a dejar de trabajar porque otros se vuelvan work-ahólicos (dependientes), o no voy a dejar de beber un poco porque otros se conviertan en alcohólicos. Hay que vivir y amar, sabiendo que la vida es lucha y riesgo.
33.             La fidelidad es fácil si se ponen los medios: pedir perdón por los errores cometidos (al cónyuge y a Dios en la confesión) y recibir el alimento necesario para hacer el camino (la Eucaristía frecuente).
34.             El sexo es bueno, con tal de que no lo separemos ni del amor ni de la vida, ni del compromiso para siempre, porque genera consecuencias “para siempre” (una nueva vida).


Septiembre de 2013

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